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'LA SILENCIOSA CONQUISTA CHINA'
¿El Siglo del Dragón?
Por Mario Noya
China es ya la segunda economía del mundo; y el primer exportador, el primer consumidor de energía, el primer prestamista, el mayor acumulador de divisas. China se está rearmando, desplaza de tableros geoestratégicos cruciales a Rusia y en temas hipersensibles marca líneas rojas a los mismísimos Estados Unidos de América. China, en fin, ha dejado atrás la Gran Muralla y se ha lanzado a la conquista del planeta. |
De la noche a la mañana, parecía que China se había convertido en uno de los nuestros.
La mitad de los productos agrícolas que se venden en Rusia son chinos * Entre el 70 y el 80% de todos los productos que se venden en Kazajistán (11% de las reservas mundiales de gas y petróleo, 20% de las de uranio) son chinos * Kazajistán, con una población que no llega a los 16 millones de habitantes, podría contar con hasta 2,5 millones de empresarios chinos * China es el primer socio comercial de Irán (35.300 millones de dólares), al que vende "de todo", por supuesto también armas (es su principal proveedor) * China es el primer socio comercial de África (129.000 millones de dólares), donde ha contribuido a la construcción de 2.000 kilómetros de ferrocarril, 3.000 kilómetros de carreteras y 160 escuelas y hospitales * China ha suscrito con la RDC, cuyo PIB en 2010 fue de 13.145 millones de dólares, un contrato para la explotación de sus ingentes recursos minerales por valor de 6.000 millones de dólares * China tiene previsto invertir 40.000 millones de dólares en el arrasado sector petrolero venezolano (PIB de Venezuela: 392.000 millones de dólares) * China está financiando al 100% una megapresa en Ecuador que se prevé provea un tercio de las necesidades energéticas del país americano y cuyo coste se ha fijado en 1.000 millones de dólares * Ocho empresas chinas controlan 295 minas peruanas * Hay 35 millones de chinos desperdigados por el mundo (el 18% del total de migrantes), pero sobre todo en Asia (28 millones), donde conforman minorías de enorme peso en países como Malasia (26% de la población) o Brunei (29%) o son directamente mayoritarios, como en Singapur (77%, y generan el 80% del PIB).
- La explotación más despiadada de los más débiles: pavorosa es la vida de los mingongs, los "empleados procedentes del campo", en las ciudades del Imperio comunista: son entre 200 y 300 millones de personas que, al abandonar su lugar de residencia originario, son despojadas –¡ellas y sus descendientes!– de "derechos como la sanidad o la educación" (o bien se les limita severamente el acceso a los servicios que pretenden garantizarlos). Estos "verdaderos obradores del milagro económico chino", remachan Cardenal y Araújo, son víctimas de "una especie de apartheid".
- La devastación del medioambiente ("cada siete minutos durante las 24 horas del día y los 365 días del año, un camión cargado con 15 toneladas de madera talada ilegalmente en Birmania cruzaba en 2005 por un puesto fronterizo hacia China") y la contaminación ("China alberga hoy veinte de las treinta ciudades más contaminadas del mundo y miles o decenas de miles de los llamados pueblos del cáncer[...] Además, se estima que el 26% del agua de los ríos y estanques es inservible para uso humano, mientras que el 62% restante apenas es potable. Sólo el 1% de los 560 millones de chinos que viven en las ciudades respiran aire seguro"); fenómenos ambos exacerbados por la completa subordinación de los derechos de propiedad (cuando son reconocidos) a los intereses del Estado y el pésimo estado de las libertades de información, asociación y expresión, lo cual impide la presión/censura cívica.
- La corrupción desaforada: "Si el agua es demasiado clara, no atrapas ningún pez", se puso sentencioso un día Li Rougou, presidente del opaquísimo Exim Bank, una de las claves del despliegue chino en ultramar, un banco que obedece las órdenes del Consejo de Estado comunista y que en su memoria anual "no publica los datos sobre la cuantía ni los receptores" de los créditos que concede –en condiciones excepcionales y a costa del saqueadísimo pueblo chino–. No es casualidad que entre los mejores aliados de Pekín se cuenten la RDC y Venezuela (ambos en el puesto 164 del Índice de Percepción de la Corrupción, que lista 178 países), Angola (168), Sudán y Turkmenistán (172) y, por supuesto, Birmania (176), escenario de algunas de las páginas más sórdidas de este macrorreportaje. "Si hay niveles de ilegalidad, los chinos son los más ilegales", les dijo a nuestros autores Ana Alonso, empresaria española del sector maderero asentada en Mozambique (IPC 116).
Cualquiera que ha vivido en el país, que ha tenido contacto cotidiano con académicos, periodistas, funcionarios y activistas chinos, que ha leído diarios y visto la televisión, que ha mantenido cenas con chinos de la calle, que ha vivido lo bueno y lo malo de ese país, conoce cuán extendida está la idea de que la nueva superpotencia será cualquier cosa excepto una copia mejorada del modelo occidental.