Sin duda, la “carrera” de la ex hadita del Club Disney Miley Cyrus bien podría llevar el título de la novela de García Márquez “Crónica de una muerte anunciada”.
Los cambios de actitudes que está operando tras “licenciarse” de la escuela de esclavas sexuales Disney son tan prototípicos, tan calcados a los de otras “estrellas” como Britney Spears, Lindsay Lohan, Rihanna o Madonna, que muchos se temen lo peor. Para el director del Observatorio Mundial de Paranoias Prefabricadas, Rafael Palacios,
“después de verla en la gala de la MTV, lo más probable es que Miley Cirus comience una espiral de autodestrucción que la conduzca a una clínica de desintoxicación por alcoholismo, muy probablemente se haga lesbiana o finja serlo (igual que Lindsay lohan), posteriormente sea detenida por la policía por algún escándalo prefabricado y, finalmente, intente suicidarse por la presión a la que esté sometida por los magos negros que le teledirigen“.
Hasta ahora la historia de estas ninfas criadas por la sociedad del espectáculo convertidas en símbolos sexuales nos retrotrae desde Liz Taylor y Nathalie Wood, hasta Drew Barrymoore, Whitney Houston o Amy Winehouse, por citar sólo a las cantantes y actrices (+ todas las “modelos”).
Lo que ocurre es que ahora es mucho más descarado porque tan pronto las vemos de “Lolitas” en las detestables comedietas Disney como son convertidas en verdaderos “putones” en cuanto les salen los pechos y pasan a escenificar los mismos movimientos de esclavas sexuales sobre los escenarios. De un día para otro. Si visteis los movimientos y la “ropa” de Cyrus en la mencionada gala, ¡son calcados a los de Madonna! Con el agravante de que ¡estas chicas son los modelos de sus coetáneas!
A falta de una confirmación expresa por parte de alguna de ellas, todos los indicios nos llevan al Programa Monarca dentro del Proyecto MK Ultra por el que estos agentes convierten en esclavas sexuales teledirigidas a estas niñas que, previamente, deben pasar por las orgías de la élite. Lo que se vio en la “gala de la MTV” no es más que lo que la niña Cyrus tuvo que hacer en privado para alcanzar ese estatus.
Ahora sale a la luz la existencia de un secreto “
Club Disney 33” fundado a las pocas semanas de la muerte del fundador y que tiene entre sus peculiaridades que se puede fumar y beber, al contrario del resto de las instalaciones de Disneyland. El hecho de que se encuentre en el número 33 de la calle Nueva Orleans, el mítico número masónico, nos indica lo exclusivo que es: ¡su lista de espera es de 14 años!
En fin, ojalá que salga finalmente a la luz lo que se esconde tras la satánica firma Disney y ninguna hadita más tenga que pasar por el calvario de sus precedesoras: la pobre Miley parece que tiene enfilado el camino…
Deberiamos ver la “Gala MTV”, como la de los Oscar, como una ceremonia satánica en la que los magos negros exhiben a sus vírgenes reconvertidas en sacerdotisas del Dios Moloch.