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Profecías para el Tercer Milenio.
“¡Seguimos vivos! Pasó el 11 de agosto y, una vez más, nada ocurrió. No cayó la Mir, tampoco se incendió París y la reputación de Nostradamus como profeta ha sido, de nuevo, puesta en jaque.”
Así se expresaba, hace poco, en sus Reflexiones de portada, el Director de una conocida revista esotérica de tirada nacional. Y es que, las declaraciones precipitadas y fallidas de Paco Rabanne y el desarrollo natural del eclipse de Sol, sin nada anormal que resaltar, ha llevado a muchos a dar un suspiro de alivio y a seguir viviendo cómodos y confiados. Ese ha sido el principal mal causado por la hipersensibilidad excitada e inoportuna del modisto parisino y de los agoreros de catástrofes a fecha fija, que han tergiversado lo dicho por el profeta francés. Ahora, la Humanidad vive tranquila, ciega y sorda, sin sospechar las trágicas sorpresas que se le avecinan, porque el eclipse ha potenciado una serie de influencias maléficas que darán lugar (de hecho ya lo están dando) a una larga cadena de hechos aterradores, con cataclismos y guerras que irán acrecentándose en los próximos meses y en los años venideros, y muchos han vuelto a desprestigiar a Michel de Nostredame, achacándole el fallo de unas predicciones que él nunca hizo.
LA CUARTETA FATÍDICA
El año mil novecientos noventa y nueve
siete mes,
Del cielo vendrá un gran Rey de espano:
Resucitar el gran Rey de cuna Angélica,
Antes, después Marte, reinar en buena
hora.
Muchos han especulado sobre este augurio concreto del profeta francés, y cuando se entra en el terreno de la especulación es muy fácil equivocarse. El interpretar sus predicciones aisladamente ha llevado a bastantes al error. Basándose en esta cuarteta 72 de la Centuria X, que corresponde a la Profecía 989 del libro “¡NOSTRADAMUS DESPIERTA!”, y que contiene en su primer verso una fecha determinada, julio de 1999, han dado por hecho que el vidente de Salon se refería al final del mundo, a la caída de un asteroide que acabaría con la Tierra, al eclipse y a todo lo que se les ha ocurrido. Así, por las buenas. Todo falso.
Realmente, esta cuarteta la puso Nostradamus para marcar un tiempo “stop”. Si se observa la fecha en cuestión se verá que, en 1999, el número 1 es el símbolo de la Divinidad, como el 9 lo es de la Humanidad. Julio es el mes 7 del año y el 7 simboliza, entre otras cosas, “la plenitud”. Significa, pues, este verso, que ya se ha llegado al tiempo límite concedido por la Divinidad a los hombres para reflexionar sobre su forma de obrar y rectificar su conducta maligna. Quiere decir que la paciencia de Dios ya se ha terminado y ahora la Humanidad tendrá que enfrentarse a los efectos de las causas que ha provocado. Es el momento en que el Sumo Hacedor ha dicho “Alto” al proceder inicuo de esta raza, que se verá forzada a recolectar los frutos amargos de su obra perversa.
A partir de ese mes, como el hombre no ha rectificado su conducta maligna, comenzó el ocaso de esta Humanidad, simbolizado en el eclipse solar. Desde ese momento, las cosas irían de mal en peor, y ya se está viendo con los terremotos de Turquía, Grecia, Taiwán, México, los Ángeles, el huracán Irene, inundaciones en diversos lugares, genocidio en Timor, guerra en Chechenia, desastres de todo tipo, despertar de volcanes, y un largo etc. Lo que viene de camino, hasta el final de todo, será cada vez más amargo y desolador.
Ya en esta situación, el resto de la cuarteta no se refiere, como comentan algunos, a la venida de un astro de terror, ni al de Angulema, ni al gran Mongol. La palabra “Angolmois”, del texto francés, es una fusión del apócope de “Angelique”, Angélico, y “mois”, cuna. El profeta escribió “Angelmois”, cuna Angélica. Por tanto, alude a que, en ese tiempo de julio de 1999, comienzan a hacerse los preparativos de la Venida del Hijo del Hombre, el Rey de Cuna Angélica, el que dijo “Mi Reino no es de este mundo”, que será esplendorosa, pero llevará el terror a muchos, pues el Rey del Cielo vendrá escoltado por las milicias celestes en miles de platillos volantes (los “caballos blancos” del Apocalipsis), y numerosa gente temerá una invasión Extraterrestre, tras la psicosis creada por tantos partidarios de confundir. Antes y después de esta Parusía habrá guerra, y luego Jesús reinará en buena hora con los Justos en el Mundo Nuevo. Es de desear que esta cuarteta, considerada hasta hoy como “fatídica”, quede definitivamente aclarada.
LA TIERRA AMENAZADA
Muy pocos son los que han querido darse cuenta de la terrible amenaza que se cierne sobre la Tierra. Un planeta acosado por genocidios diabólicos, con el riesgo continuo de una nueva hecatombe mundial. En los albores del III Milenio, la morada madre está devastada por la destrucción y el saqueo de sus recursos naturales. Víctima de la irracionalidad de las irresponsables concentraciones humanas, de los excesos de los que tienen de sobra de todo y oyendo el clamor de tantos que no tienen nada. Todas las profecías hablan de una Tierra amenazada por la saturación del deseo sensual, obsceno y lujurioso, por una civilización mecanizada carente de objetivos superiores, hostigada por la falta de amor, por la implacable corrupción de la inocencia, porque murieron los ideales de muchos y ya no hay esperanza entre los hombres.
¿Quiénes tienen la culpa?
¿Quiénes son los responsables?
¿Quiénes son los que van a pagar por ello?
¿Tan difícil de comprender es esto?
LA FALSA PAZ
Las mil cuartetas que componen la obra esencial de Nostradamus están colocadas en su totalidad, en “¡NOSTRADAMUS DESPIERTA!”, en riguroso orden cronológico, desde el año 1.556 hasta el Fin de esta Humanidad, ya muy cercano. La Historia ya ha confirmado 820 de esas cuartetas, y en las 180 restantes el vidente francés profetiza un inquietante futuro en el que, entre otros acontecimientos estremecedores, sucederán:
1.- Una guerra en el Mediterráneo entre cristianos, árabes e israelitas. 2.- El asesinato del Rey Juan Carlos I de España. 3.- Un Golpe de Estado que acabará con la democracia española. 4.- La Tercera Guerra Mundial asolará al mundo. 5.- Los Papas “De Gloria Olivae” y Juan Pablo, que reinarán a la vez, serán asesinados, después que Carol Vojtyla abandone la sede romana y la traslade a otro lugar. 6.- París, Roma, Nueva York, Los Ángeles, San Francisco y otras grandes ciudades serán destruidas por guerras o cataclismos. 7.- Guerra entre China y Occidente. 8.- La Segunda Venida de Jesús. 9.- Una gran manifestación Extraterrestre. 10.- Final del Anticristo. 11.- Descenso de la gran cosmonave “La Nueva Jerusalén”. 12.- Rescate y evacuación de los Elegidos. 13.- Oscurecimiento del Sol y de la Luna. 14.- Venida del gigantesco astro “Hercólubus”, que variará el Eje de la Tierra y será el detonador del final de esta raza.
El tiempo transcurre en relativa calma por ahora, pero es una calma aparente cuando estamos llegando a los comienzos del III Milenio. En el fondo de los corazones de los hombres anida el odio y la venganza. Está muy cercano el día, entrado ya el año 2.000, en que este odio acumulado se desbordará y causará estragos en los moradores de este mundo, porque la maldad está oculta en el interior de muchos, que ya tienen planeado utilizar sus inventos bélicos para dominar y matar a seres inocentes. Ya nada les detendrá, aunque caerán aplastados por esa perversidad que ellos mismos han ido alimentando en su osadía y temeridad, al querer conseguir algo, que sólo con amor y humildad se puede lograr. Los buenos se purificarán. Los malos, se perderán. Tómese nota de esta advertencia.
La Profecía 996 (Centuria I, cuarteta 84), que se refiere al Oscurecimiento del Sol y de la Luna, dice así:
La Luna oscurecida en profundas
tinieblas,
Su hermano (el Sol) pasará a estar de
color ferruginoso,
El grande oculto largo tiempo bajo
las tinieblas,
Entibiará hierro en la presa
sanguinolenta.
El defecto luminoso dará lugar a los días de oscuridad, en los que el gran planeta Hercólubus dejará de estar escondido en las tinieblas estelares, para, después de más de 25.000 años, aparecer de nuevo y arrastrar con su masa de hierro magnetizado las Almas de los impíos muertos en esos días en que ya no brillarán las luminarias del cielo, arrastrándolas con él para que comiencen de nuevo la ascensión espiritual en su hábitat primario.
El astro Hercólubus ya ha sido detectado por la Ciencia terrestre, aunque casi todos los científicos lo han ocultado. En el Canal 4 de la Televisión de Puerto Rico, el 28 de junio de 1.999, el Sr. Carlos Muñoz Ferrada, prestigioso astrónomo, sismólogo y científico de Chile, dio a conocer las características de este “Planeta-Cometa”: 1ª.- Tiene órbita elíptica como cometa y gran masa como planeta, o sea un planeta con cola. 2ª.- Se acerca cargado de energía cósmica. 3ª.- No cumple con las leyes celestes establecidas. 4ª.- Viaja entre nuestro Sol y un Sol Negro que se encuentra a 32 billones de Kms. 5ª.- Pasará a 14 millones de Kms. de la Tierra. 6ª.- Terminará por penetrar en nuestro Sistema Solar y podrá ser visto a simple vista y fotografiado. 7ª.- Su llegada causará un cambio geofísico y humano, trayendo el cambio y la destrucción.
LOS TIEMPOS FINALES
Nos acercamos al Tercer Milenio y al año final del siglo XX. Ya entramos en la Era de Acuario hace algún tiempo. Ahora, todo será como un parto venturoso: primero el dolor y luego el gozo por el hombre nuevo. Pero, no hay que olvidar que fue dicho y escrito: “Los vivos tendrán envidia de los muertos por las terribles cosas que tendrán que contemplar. Hay que leer las profecías 999 (X-98) y 1.000 (II-45) de Nostradamus, que hablan de la Tierra sin Luz y del Fin de la Generación homicida, respectivamente, para comprender que el cambio de Ciclo de esta Humanidad, que podía haber sido armonioso, será terrible y traumático. Sólo se salvarán los Designados. Los demás, morirán. Eso debe quedar claro. Esos Elegidos rescatados serán los que, una vez purificada la Tierra, volverán y renovarán la raza humana, formando una nueva Generación que sabrá vivir con Justicia, Amor, Paz y Fraternidad Universal. Así, durante mil años aproximadamente. Luego, volverá a ser soltado el Tentador.
Todos los profetas hablan de esa Era de Oro, que será después de los años de la Gran Tribulación, de purificarse este mundo y de estar en condiciones de ser, de nuevo, habitable. Fijar un año concreto que determine el momento del comienzo de la purificación y de la renovación es difícil, pues esto está sujeto a los flujos y reflujos del comportamiento de esta Humanidad que, como colectivo tiene un gran poder. Parravicini marca a partir del 2.002. Juan XXIII sobre el 2.003. El calendario maya, el 2.012. Nostradamus le dice a Enrique II que “cuando sea renovado otro Ciclo de Saturno” (en la primera década del III Milenio). Hágase un promedio y tal vez podrá intuirse una fecha aproximada, siempre cerca ya. De todas formas, no es bueno dejarse condicionar por el tiempo, sino considerar los hechos e intentar mejorar como persona en lo posible. Es mejor llegar al final con esperanza, que con impaciencia y desesperación.
Llega la hora, sí, de que se tenga gran dolor y llanto, pero el que se conozca bien y sepa lo que va a suceder, intentará tomar cada vez más conciencia de aquello que puede hacerle daño y aprenderá a evitarlo, procurando hacerse fuerte en el Espíritu. En esta época en que transcurre ya la vida, no será fácil pasar un solo día sin angustia o sin sufrimiento. Por eso, la ley del corazón deberá hacer de lo malo, bueno, y de lo bueno, duplicarlo en su valor. Hay que armarse de amor, paciencia, resignación y fortaleza, y sobre todo, de esperanza, porque el sentido del sentimiento humanitario se despertará en la Nueva Era, de la que muchos podrán ser artífices, si son capaces de superar totalmente el egoísmo, que es el principal mal de ahora.
EL FUTURO DE ESPAÑA
España también sufrirá por haberse olvidado de Dios. Su Rey será asesinado, hecho expreso en las dos cuartetas siguientes:
Profecía 873 (II-20)
Hermanos y hermanas en diversos
lugares atraídos,
Se encontrarán pasando cerca del
monarca:
Con templarán sus rasgos atentos,
Deplorando ver las marcas en
mentón, frente, nariz.
Profecía 874 (X-43)
El demasiado buen tiempo de
demasiada bondad real,
Hace y deshace con súbita
negligencia:
Ligero creerá el fallo de la democracia
leal,
Él puesto en muerte por su
benevolencia.
LO MÁS URGENTE
Fue dicho y está escrito, que el Hombre ha nacido libre, con el signo de la infinitud sobre su destino, independientemente de los márgenes aparentes del nacimiento y de la muerte, entre los que transcurre una fase del aprendizaje de su Espíritu, a la que él llama Vida o existencia. Dios le creó a su imagen y semejanza, pero él ha elegido libremente ser como es y seguir por el camino oscuro. Y eso es lo que no puede ser.
La Esencia Divina, siempre justa y equitativa, pero también siempre misericordiosa, hace casi dos mil años concedió al Ser Humano una fuerza ascensional con Jesús-Cristo y le avisó en el Apocalipsis del riesgo que corría si perseveraba en su proceder inicuo y lo incrementaba, como lo ha hecho, siglo tras siglo. El cambio de Ciclo estaba próximo a llegar y de él dependía que fuera indoloro y armónico o fuertemente traumático. Es la alternativa que suele repetirse en el devenir de esta célula del Cosmos, y el Ser Humano tiene la prerrogativa de elegir.
Queda sólo tiempo de buscar a Dios con urgencia. De tratar de sentirlo en lo profundo del corazón, implorando Su perdón, haciendo penitencia y transmutando las conductas erradas que impiden la limpieza del Alma. Cuán hermoso sería que, ante la lectura y escucha de las profecías del porvenir cercano, millones y millones de criaturas del planeta Tierra rectificaran sus comportamientos y cambiaran lo negativo de su interior en positivo. Volvería a repetirse, sin duda, el milagro de la sensata ciudad de Nínive, y ocurriría, de nuevo, como en el caso del bíblico profeta Jonás. Así sea.
José García Álvarez
Autor de “¡NOSTRADAMUS DESPIERTA!”
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