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Chitauri Origins
El relato que presentamos a continuación, ha logrado pasar de generación en generación (durante milenios), entre Shamanes de las Tribus de Centro y Sudáfrica.Leyendas orales de África contienen referencias a la vida y a la guerra en Marte, en relatos transmitidos a través de la sucesión de eminentes brujos o shamanes, de generación en generación.
El Guardián de la Historia Tribal Zulú, Vuzazulú Credo Mutwa (un destacado lingüista y estudioso que ha dictado conferencias en Estados Unidos y Japón), ha detallado en dos volúmenes con más de mil páginas cada uno, un fragmento de la Herencia Oral de los Dioses y Héroes de África.
Narra una antigua leyenda de un mundo previo, inmediato al nuestro, que era la morada de sus antepasados. Un mundo amenazado por un enemigo que poseía armas terribles y milagrosas.
Presionados severamente y con una remota posibilidad de salvarse a sí mismos, los antepasados distantes de los Zulúes, prepararon sus armas para enfrentar a su adversario y fueron un paso más allá en su intento por perpetuar su raza.
Las mujeres más bellas fueron fecundadas por sus varones y colocadas en vehículos voladores circulares, transportadas después a un lugar seguro del Planeta Tierra, para dar nacimiento a su descendencia y continuar el linaje. Los vehículos voladores se describen en la leyenda como portadores de 3 ruedas y se conocen como Merkaribah en el África.
Credo Mutwa ha identificado el mundo previo de sus antepasados como Marte. Una de las correspondencias más intrigantes relacionadas con la leyenda africana es el significado de la palabra Merkaribah en hebreo. De acuerdo con el estudioso de la Kábbalah, Zev ben Shimon Halevi, la traduccción literal en hebreo de la palabra Merkaribah (que se encuentra en las escrituras, en relación con las visitas de otras Dimensiones) es: «Carro del Mundo de Formación».
LA LLEGADA DEL CHITAURI
En el principio de los tiempos, los humanos vivían en densas selvas que cubría la mayor parte de la Tierra. Se comunicaban con el pensamiento (Telepatía), así como con gemidos y aullidos entre sí. Eran capaces de mover objetos, también con el pensamiento, sin necesidad de tocarlos.
El hombre podía llamar a su mujer, con sólo pensar en ella, en su aspecto físico, su aroma, tono de voz, etc. Los cazadores podían llamar mentalmente a los animales, y escoger el más débil o el más viejo para consumirlo. No existía la violencia. Se vivía en perfecta armonía con el Medio Ambiente.
Después llegaron los Chitauri (palabra que significa «Dictador»), mismos que han sido descritos por tribus africanas, aborígenes australianos, e indígenas americanos, como seres reptilianos u «Hombres-Serpiente».
Los Chitauri descendieron del cielo en aparatos con forma de «platos hondos» que generaban mucho fuego, y ruido, y vientos que levantaban tanto polvo, que cegaban la vista.
El Chitauri tenía la facultad de tomar forma humana, así como de atormentar mentalmente al hombre, castigándolo con sus látigos con forma de relámpago (¿Descargas eléctricas?).
El Chitauri se unió al humano y después entregó un pequeño grupo de mestizos con aspecto humano, y dijo: «Ellos gobernarán sus reinos, y deberán obedecerles». Éstos fueron los futuros gobernantes, reyes y emperadores de las futuras civilizaciones.
En el transcurso de los Siglos, hasta hoy, la mayoría de los mestizos ha gobernado la mayor parte del mundo. Pero una minoría optó por no hacerlo, huyó y se refugió en las selvas, cuevas, montañas, desiertos, etc. Estos seres exiliados aún caminan errantes por la Tierra.
LOS MANTINDANE
Hoy, los descendientes del Chitauri, utilizan a otros seres como sus siervos: los Mantindanes («Atormentadores»), capaces de causar dolor físico y trauma emocional en sus víctimas humanas.
El Mantindane es de cabeza grande, cuerpo delgado, y emite un fuerte olor a azufre o a putrefacción. Ellos secuestran humanos y animales: los torturan, los mutilan y les sacan la sangre y las vísceras.
Usan un traje gris verdoso que es una fuerte armadura que resiste las armas más poderosas. También unos grandes ojos negros y rasgados, que también son protectores. Tras ellos, se ocultan unos ojos rojo amarillentos, similares al del Chitauri.
Según los Shamanes africanos, el verdadero motivo de estos secuestros y mutilaciones, es utilizar muestras de sangre y órganos para sanar enfermedades del Chitauri, ya que éste no está acostumbrado a las condiciones de la Tierra.
Cuando se les habla de los actuales «abducidos», los Shamanes africanos, como Credo Mutwa, observan que se trata de descendientes lejanos de los híbridos que el Chitauri entregó, para gobernar la Tierra.
Mutwa ha sufrido también en su juventud, los secuestros del Mantindane Torturador.
EL REY-SERPIENTE ARWÉ
Es en el Reino de Saba (territorio que abarca los actuales Yemen y Etiopía), donde la leyenda sitúa al Rey-Serpiente Arwé, que controlaba y aterrorizaba la región hace 3.000 años, hasta que Makeda, hijo del Rey Agabo, lo decapitó.
Arwé era un misterioso dios que habitaba en los cielos, y que descendía a la Tierra con las lluvias. Una criatura de largos cabellos, mitad hombre, mitad reptil, que se alimentaba con la sangre de humanos y animales.
Una criatura que, según los Tuaregs, ha sido vista en nuestros días, en las ardientes arenas de los desiertos de Libia. Ellos lo conocen con el nombre de Almah.
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