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Entrevista al Coronel Philip Corso
P: La última revelación sobre Roswell parece estar totalmente ligada a su persona. ¿Las considera más importantes que sus acciones anteriores?
CORSO: existen otras cosas y hechos bastante relevantes en mi trayectoria militar, el traslado de 10.000 refugiados judíos de Roma a Palestina, después de la Segunda Guerra Mundial o el regreso a casa de los soldados americanos de Corea del Norte. Pienso que la vida extraterrestre también encaja en estas cosas. Este tema es igualmente importante.
Tal vez hayamos cambiado el curso de la historia (el general Trudeau es una de las personas que lo hizo posible). Las declaraciones que estoy efectuando ahora van a afectar al futuro de la Humanidad. Nosotros somos viejos y luego partiremos. Es, por lo tanto, de gran importancia, que los jóvenes sepan lo que ocurrió, donde comenzó todo, y que los hechos son verídicos. Ellos tienen que saber, pues son los únicos a quien les afecta al fin y al cabo. Bien pensado ese es el mejor trabajo que yo he hecho.
P: ¿Dónde conduce toda esta historia? Insinúa en su libro que existen fuerzas hostiles...
CORSO: Cuando se es militar siempre se tiene en cuenta la parte hostil. El lema es "estar preparados si es necesario". Se llamaba R&D (Departamento de Investigación y Desarrollo del Ejército, en el Pentágono) el inicio de una Nueva era o, quien sabe, de un nuevo Mundo. Resulta impresionante lo que el hombre es capaz de hacer con un chip de ordenador en tan poco tiempo (refiriéndose al grado tecnológico alcanzado por nosotros ahora). Pregunté al general Trudeau lo que estábamos desencadenando en el mundo y él me dijo: "Phil, esperamos que la gente entienda lo que hacemos. Pero, tal vez, el momento en el que ocurra no estemos vivos". Desgraciadamente, él mismo no pudo presenciarlo. Murió hace tres años.
P: ¿Significa que estamos preparados para construir máquinas semejantes a la encontrada en Roswell?
CORSO: Por el momento, no. Pienso que lo estaremos en el futuro. Principalmente porque no entendemos mucho sobre sus sistemas de propulsión y dirección. Hace años llegamos a una conclusión, y ahora estamos teniendo el apoyo de los científicos. La razón por la que no entendemos su sistema es debido al hecho de que el propio extraterrestre es el sistema conductor. Un día andaba por un pasillo con el general cuando le dije: "[Acho] que mi hijo está medio loco. Afirma que las máquinas voladoras hablan con él" Entonces el general respondió: "Nunca más digas eso. Determinadas personas tienen una relación con esas naves que nosotros no entendemos"
P: ¿Tenía usted conocimiento de que el público americano estaba ansioso por acceder a esas informaciones?
CORSO: Pues claro. Tengo un sobrino que es director de investigaciones de una universidad, y él siempre me escribía cartas pidiéndome que la verdad fuese revelada. "No nos vamos a arrancar los cabellos o entrar en pánico, queremos conocer" imploraba.
P: ¿De qúe manera se desarrolló su trabajo?
CORSO: Preparábamos gente para la guerra, para que no tuvieran pánico, no huyeran y no se amedrentaran, fueran firmes y lucharan contra una de las mayores fuerzas armadas que el mundo pudiera ver y que pudieran vencerlas. Que muchos morirán por eso, afirmo, que esta es la Era de los jóvenes. Ellos no van a tener miedo de conocer la verdad. Aquel programa de Orson Welles (Guerra de los Mundos, de 1.938) asustó a muchas personas. Esta vez no va a ser igual.
P: ¿La Humanidad está cerca de conocer la verdad?
CORSO: Hace mucho tiempo que deberíamos haberla conocido.
P: ¿Tuvo que romper alguna promesa personal o juramento de las Fuerzas Armadas de su país para hacer lo que ha hecho?
CORSO: No. La única promesa que yo tenía era con el general. Y la mantuve hasta su muerte, pues lo consideraba un hombre honrado y honesto. Durante los 35 años en que fui oficial militar, no violé ninguna ordenanza y tengo mi conciencia limpia. Yo era el único oficial habilitado para detener a las personas que pudiesen violar la ley. No hice revelaciones que fueran perjudiciales o que debiesen permanecer en secreto.
P: Existen rumores y especulaciones en la comunidad ufológica mundial de que el material que vió de Roswell podría no estar siendo investigado por primera vez. Hay indicios de que los nazis habrían hecho su desarrollo tecnológico de forma similar. ¿Qué piensa al respecto?
CORSO: Puede ser verdad. Yo tuve cientifícos alemanes en mi equipo. Conversé con ellos sobre este punto. Discutí con Oberth von Braun. Él formaba parte del Proyecto Grampo, juntamente con el general Trudeau. En mi libro tengo una foto del perito soviético Edward O´Connor –uno de los mejores amigos del general Trudeau en la Casablanca-, mía y de Víctor Fediay. Fediay estaba viajando a Rusia, e hizo una serie de preguntas: "Pregunte al general de la KGB algunas cuestiones relacionadas con OVNIS". Cuando Víctor retornó declaró: "Phil, le hice las preguntas. Él me respondió que si me daba las informaciones que requería, él moriría." Ahora el caso está con los rusos y los alemanes.
P: ¿Detentan la tecnología estas potencias?
CORSO: Creo que no. Los canadienses y los ingleses también la poseen, además de algunos italianos. Ellos no conocen como funcionan el sistema de propulsión. Hicieron muchas experiencias con platillos volantes, y uno de ellos fue a 4.000 metros, pero no conocen el sistema de dirección. En R&D comenzamos a comprender que los seres alienígenas forman parte del sistema de dirección.
P: Entonces, ¿piensa que para perfeccionar nuestro viaje interestelar tendremos que desarrollar un medio semejante para nuestras naves espaciales?
CORSO: Hoy en día, el hombre no puede viajar por el espacio. Y esos clones fueron específicamente creados para eso. Nuestros músculos, huesos y cerebro no conseguirán hacer tal viaje.
P: ¿Pero podremos hacerlo pronto?
CORSO: Cuando los astronautas van a la estación Mir, permanecen unos tres meses, y cuando vuelven precisan atención médica. Sus huesos no soportan el peso del cuerpo. Si ellos se exceden en el tiempo serían incapaces de andar. Pero lo más importante es que el cerebro también resulta afectado.
P: ¿Qué es lo que ocurrió con el prólogo de su libro, escrito por el senador Strom Thurmond? Al final, él dice que no conocía su contenido real antes de escribir la introducción. La editora Simon e Schuster ya publicó disculpas formales diciendo que retiraría el prólogo de las próximas ediciones. ¿Qué acuerdo hicieron sus abogados con el senador?
CORSO: Yo conozco al senador Strom Thurmond hace mucho tiempo. Es un hombre bastante honesto, sincero y con coraje. Descubrí recientemente que su fue su personal quien tomó esa actitud. Con el senador conversamos sobre la presencia de seres extraterrestres y sus naves sobre este planeta. Me dio una copia del Proyecto Horizonte. Una semana más tarde, no solamente conseguí dos páginas escritas por el senador sinó también una autorización de él para que la editorial pudiese publicarla.
P: Bill Birnes me dijo tener la impresión de que Thurmond y su equipo estaba siendo presionado por alguien de "arriba" para que se mantuviera fuera de esto. ¿Tiene que decir algo al respecto?
CORSO: No tengo manera de juzgar la actitud del equipo.
P: (Dirijiéndome a Birnes, que estaba en la sala, le pregunté) El coronel vacila en responder si el senador o su equipo estaban siendo presionados por algún superior. ¿Cree que era posible?
BIRNES: Es lo que yo entendí. El equipo no estaba al tanto del acuerdo entre el coronel y el senador por tratarse de un pacto entre dos amigos y no entre hombres de negocios. No podía ser tomada ninguna medida sin que el equipo fuese consultado. Y dadas las circunstancias, estaba claro que no interferirían. Así que supe que el prólogo estaba escrito por el senador, el grupo lo impidió alegando que no podía aparecer en el libro un artículo que decía que el gobierno de los Estados Unidos utilizó la tecnología alienígena para vencer la Guerra Fría.
P: De acuerdo con su libro, usted pasó la mayor parte del tiempo trabajando con restos del incidente de Roswell, ¿pero que pasó con los extraterrestres recuperados?¿Cuál es la situación de los extraterrestres hoy en día? ¿Cuál es su punto de vista sobre el motivo de su presencia, caso de que algún ser esté ya sobre la Tierra?
CORSO: No tengo conocimiento de la existencia de ningún extraterrestre en nuestro planeta. Hay relatos de platillos volantes, está claro, pero no se de nadie que haya encontrado algún cuerpo de seres alienígenas y mucho menos recientemente.
Tecnologia inversa en experimentacion humana?
Todo indica que a principios de julio de 1947 un objeto de origen desconocido se estrelló en un solitario lugar de Nuevo México, cercano a la ciudad de Roswell. El debate sobre qué fue lo que ocurrió allí dura ya más de cincuenta años y está lejos de un acuerdo unánime.
Los escépticos argumentan que, de haber sido cierto un hallazgo de tales dimensiones, no pudo ser ocultado tan fácilmente y habría llevado consigo un rápido desarrollo tecnológico de la potencia que recuperara los restos. Y es, en este punto, donde acaban de producirse notables avances.
Ya en noviembre de 1996 el físico nuclear Stanton Friedman, uno de los más activos investigadores del incidente Roswell, advertía en su libro Top Secret/Majic que el gobierno de los Estados Unidos habría estado aplicando tecnología punta en sus proyectos deducida de los restos recuperados en 1947. Sus opiniones, en general, no fueron consideradas hasta que, un año más tarde, entrara en escena un coronel de la Fuerza Aérea con impecables credenciales: Philip Corso.
Este militar estuvo al frente de la sección de Tecnología Extranjera, en el Pentágono, entre 1961 y 1963, combatió en la Guerra de Corea y fue uno de los miembros del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca durante el mandato de Eisenhower.
AVANCES TECNOLÓGICOS
Según las revelaciones del coronel, publicadas en el libro The Day After Roswell, del que es coautor junto a William J. Birnes, a principios de los años sesenta –mientras trabajaba en el Pentágono bajo el mando del general Arthur Trudeau- fue destinado para llevar a cabo una tarea super-secreta: Estudiar a fondo el "expediente Roswell" y diseñar un programa que explotara tecnológicamente los recursos del platillo volante recuperado.
"Después del programa –dice el oficial- surgieron importantes desarrollos estratégicos, como el circuito integrado de los computadores, la fibra óptica, una tecnología avanzada en visión nocturna y el láser".
Las sensacionales declaraciones de Corso ya han tenido sus repercusiones. Recientemente la empresa estadounidense American Computer Company (ACC) anunciaba a través de su presidente Jack A. Shulman su intención de dejar de pagar los derechos de la patente del transistor norteamericano pues, al parecer, había sido copiada de los restos de una nave extraterrestre.
La aparición del transistor en 1948 supuso una auténtica revolución tecnológica. Llevó consigo la aparición de los semiconductores para los que se emplearon materiales creados artificialmente basándose en el silicio y no, como hasta entonces, los diodos de germanio y selenio, elementos presentes en la naturaleza, o las válvulas de vacío.
Por desgracia las declaraciones de Corso no vienen respaldadas por documento alguno que acredite su veracidad. Disponemos tan solo su testimonio vivencial y éste ya ha sido cuestionado. "A pesar de que afirma haber trabajado durante dos años con los documentos –señala el especialista neoyorquino Budd Hopkins- no podemos tener una idea exacta de dónde o cuando tuvo lugar el incidente, o quiénes fueron los oficiales encargados de la recuperación de los restos" Y es que, ciertamente, Corso no precisa cuál es el lugar exacto, si Corona, si Los Llanos de San Agustín o los alrededores de Roswell ni da pistas que no figuren en la abundante literatura sobre el incidente.
LLEGAN LAS CONTRADICCIONES:
Sorprenden, en todo caso, algunas de sus recientes declaraciones. Si Corso no miente, entró en contacto con el incidente Roswell en 1961, catorce años después de su recuperación. El coronel escribe que en aquel año recibió un archivo con fragmentos y piezas de la nave así como algunos papeles relacionados con el acontecimiento. Trudeau informó al coronel que el resto del material había sido divididos para su análisis a otros departamentos. Todo lo contrario de lo que mandan las ordenanzas y el sentido común. Me explico.
Si una nave extraterrestre hubiese caído unos días después de que hubiera finalizado la Segunda Guerra Mundial ¿Quién nos dice que esta nave no era precursora de una invasión? En este caso, como ocurre en las grandes catástrofes aéreas, se desplazan los restos hasta una superficie grande y se reúnen allí, técnicos, ingenieros y científicos para reconstruir la nave y deducir, en el menor tiempo posible, la tecnología del vehículo para hallar su punto débil. En este caso el "Gobierno norteamericano" se toma la friolera de 14 años y asegura que los restos han sido dispersados en varios departamentos. Sospechoso ¿no?
MAJESTIC 12
También sorprenden las alusiones al MJ-12, del que Corso asegura haber visto claras referencias. La clave para admitir la realidad de estos polémicos documentos está en determinar si la película de 35 mm. recibida por el productor cinematográfico Jaime Shandera en 1984 es auténtica. El microfilm, pretendidamente, recoge documentos secretos filtrados por agentes del AFOSI (Oficina de Investigaciones Especiales de la Fuerza Aérea) a Stanton Friedman, William Moore y Jaime Shandera y da cuenta de la existencia de un comité formado por 12 personas, constituido en 1947 para estudiar los restos del estrellamiento de platillos volantes.
Por su parte el recalcitrante escéptico Phil Klass asegura que la firma del presidente Harry Truman inserta en los documentos, coincide exactamente con la de una carta escrita por éste el 1 de octubre de 1947 y que puede ser consultada en la Biblioteca del Congreso. Por si fuera poco Klass precisa que la máquina de escribir con la que se mecanografió el memorándum MJ-12, una Smith-Corona, no apareció hasta 1963 y, a pesar de eso, el manuscrito está fechado el 18 de noviembre de 1952. Un fraude.
REALIDAD O FANTASÍA
¿Son creíbles las declaraciones de Corso?
Antes que el coronel otros militares como John Lear, William Cooper y también civiles como Bob Lazar denunciaban la aplicación de tecnología extraterrestre en proyectos aeronáuticos como el avión invisible F117 o el bombardero B-2. Ambos proyectos habían sido desarrollados en el Area 51, en Nevada. Alberga en su interior el campo de pruebas de la base de Nellis donde se desarrollaron, además, el láser y otros ingenios que ahora son mencionados por el Coronel Corso en su libro.
A pesar de sus impecables credenciales algunos de sus declaraciones son, sencillamente, inconsistentes y otras cometen errores históricos o son pura fantasía. Con todo el libro fue bestseller en pocas semanas y ha logrado dividir a la ufología norteamericana, nos preguntamos: ¿Acaso no será este el auténtico objetivo?
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