http://www.ocultismoyconspiracion.com/2006/02/el-sndone-la-sbana-santa-de-turn.html
Información:
El Síndone: La Sábana Santa de Turín
Es
Síndone o Sábana Santa de Turín es un lienzo de lino rectangular, de
436 cm. de largo y 110 cm. de ancho, y tejido a espina de pescado, que
cubrió el cadáver de un hombre que fue torturado, crucificado y que
sufrió una perforación en el pecho.
Desde 1578 el lienzo se conserva en la Catedral de Turín. Antes estuvo
en Chanbery, Francia, desde que en 1453 fue cedida a los Saboya. Fueron
los Saboya quienes llevaron el Síndone a Turín cuando trasladaron su
capital a la ciudad italiana. En 1983, Umberto II de Saboya dejó en
herencia el Síndone al Papa, pasando a formar parte del patrimonio de la
Santa Sede.
El 28 de mayo de 1898 el Síndone fue fotografiado por Secondo Pía que,
al revelar las fotografías, se dio cuenta de que el negativo de la
fotografía salía en positivo. Lo que había descubierto es que la imagen
impresa en el lienzo era un negativo.
El 13 de octubre de 1988 la Iglesia hizo público a través del
arzobispo de Turín, el Cardenal Ballestero, el resultado de la datación
por medio del carbono 14. Según esa prueba, la Sábana databa de unas
fechas comprendidas entre 1260 y 1390, lo que imposibilitaría que fuese
el Santo Sudario que portó Jesús. Pero esta prueba desató muchas dudas.
Los más devotos del Síndone han llegado a decir que la prueba del
carbono 14 es inestable. Pero esta afirmación no es compartida por la
ciencia. Las críticas a los laboratorios de Oxford, Tucson, y Zúrich no
sólo se centraron en la inestabilidad del método en sí, sino que varios
científicos dudaron también de la metodología empleada en esos
laboratorios y el tratamiento de limpieza al que sometieron la tela. Sin
embargo estos laboratorios siempre se han defendido dando detalles
exactos de los procesos de limpieza. Además, la prueba no la hicieron
sólo a un trozo del Síndone, también utilizaron otras tres muestras
control, que ya estaban datadas con antelación y que fueron
correctamente datadas por estos tres laboratorios.
Cada laboratorio utilizo una técnica diferente y obtuvieron resultados
similares. Sin embargo, la organización científica AMSTAR, anunció que
la prueba de carbono 14 del año 1988 no fue hecha en la tela original
del sudario sino en un trozo no original del mismo que había sido
añadido en el siglo XIV. Lo que no se explica es por qué razón se iba a
entregar un trozo de tela que no fuese original.
Pero hay pruebas científicas que dan indicios de otra fecha posible para
el Síndone. En 1978 el biólogo Max Frei Sulzer tomó muestras del polvo
de la Sábana y pudo comprobar la existencia de sustancias autóctonas o
frecuentes en Israel tales como polen, tierra, etc. Estos elementos no
se podrían haber agregado en la Edad Media ya que en esa época no se
tenía la tecnología suficiente como para trabajar con este tipo de
micropartículas.
Según todos estos datos se podría pensar que las pruebas de carbono
14 parecen hechas de una manera correcta y que, por lo tanto, sus
resultados son totalmente fiables. Lo que dataría el Síndone en la Edad
Media y siendo falsa la hipótesis de ser el sudario de Jesús. Pero queda
una posibilidad, que el análisis no se hubiese hecho realmente al Santo
Sudario y, por lo tanto, sea factible aún que sí que fuese el Síndone
de Jesús.
Son también interesantes otras pruebas que, en vez de en la datación, se centran en el origen y significado de la imagen impresa en el lienzo. Se puede comprobar que la imagen del hombre que aparece es perfecta anatómicamente. El primer cirujano que certificó esta afirmación fue Yves Delage, un profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona. Además, este profesor no era sospechoso ya que era un reconocido agnóstico. Para él, el hombre retratado había subido un martirio similar al que cuentan los Evangelios.
Expertos de la NASA pudieron comprobar en 1977 que la imagen de propiedades tridimensionales no pudo ser realizada por la pintura ni la fotografía. No sólo es que no haya indicios de haber empleado métodos artísticos, sino que no existen pigmentos ni tecnología conocida en la actualidad para elaborar una imagen similar. La corona de espinas en forma de casco, los clavos de las manos en el carpo (único punto en el que se podría sostener el crucificado en la cruz) y no en las palmas, y otros datos más, parecen probar que la imagen es auténtica y que el sudario sirvió para envolver a un hombre ejecutado en la cruz durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino
Los estudios han probado que no hay ninguna imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre, por lo tanto, la imagen se formó después, y no es ni una pintura, ni una quemadura. La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela y eso no se ha podido hacer, como ya hemos dicho anteriormente, con métodos conocidos.
La explicación más plausible, si es que existe una, sería al de una radiación no penetrante sobre la sábana. En ningún punto de la imagen la intensidad de la luz, representada por la relación de la distancia entre la tela y el cuerpo, es cero. Esto parece indicar que la radiación que pudo crear la imagen no se produjo por contacto directo del cuerpo con la tela. Se hicieron multitud de pruebas utilizando rayos X, infrarrojos, ultravioleta, espectroscopios, reflexión electroscópica…
Son también interesantes otras pruebas que, en vez de en la datación, se centran en el origen y significado de la imagen impresa en el lienzo. Se puede comprobar que la imagen del hombre que aparece es perfecta anatómicamente. El primer cirujano que certificó esta afirmación fue Yves Delage, un profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona. Además, este profesor no era sospechoso ya que era un reconocido agnóstico. Para él, el hombre retratado había subido un martirio similar al que cuentan los Evangelios.
Expertos de la NASA pudieron comprobar en 1977 que la imagen de propiedades tridimensionales no pudo ser realizada por la pintura ni la fotografía. No sólo es que no haya indicios de haber empleado métodos artísticos, sino que no existen pigmentos ni tecnología conocida en la actualidad para elaborar una imagen similar. La corona de espinas en forma de casco, los clavos de las manos en el carpo (único punto en el que se podría sostener el crucificado en la cruz) y no en las palmas, y otros datos más, parecen probar que la imagen es auténtica y que el sudario sirvió para envolver a un hombre ejecutado en la cruz durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino
Los estudios han probado que no hay ninguna imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre, por lo tanto, la imagen se formó después, y no es ni una pintura, ni una quemadura. La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela y eso no se ha podido hacer, como ya hemos dicho anteriormente, con métodos conocidos.
La explicación más plausible, si es que existe una, sería al de una radiación no penetrante sobre la sábana. En ningún punto de la imagen la intensidad de la luz, representada por la relación de la distancia entre la tela y el cuerpo, es cero. Esto parece indicar que la radiación que pudo crear la imagen no se produjo por contacto directo del cuerpo con la tela. Se hicieron multitud de pruebas utilizando rayos X, infrarrojos, ultravioleta, espectroscopios, reflexión electroscópica…
Tras conocer estos datos, se investigó más la composición de la imagen, y
de los restos orgánicos o no que la formaban. Se realizaron multitud de
análisis que mostraron datos enigmáticos. Al parecer había restos de
sangre humana del tipo AB, muy frecuente entre los hebreos. Se hicieron
estudios forenses que estudiaron los cientos de heridas grabadas. A la
altura de la nariz rota, posiblemente por una caída, de las rodillas y
los pies se han hallado restos de tierra de las características
geológicas similares a las de la tierra del entorno de Jerusalén. Hay
multitud de marcas de golpes, magulladuras y contusiones producidas por
objetos contundentes y puños humanos, lo que indica que el individuo fue
objeto de tortura anterior a la muerte. Algunas de estas heridas fueron
producidas por instrumentos de tortura similares a los empleados por
las fuerzas romanas.
Los estudios de la composición de la imagen que hemos mostrado y alguno
más sólo pueden explicar la imposibilidad de que se trate de una
falsificación del siglo XIV, que es un original. Se puede concluir que
no se conoce ningún procedimiento que permita reproducir una imagen con
todas las características mencionadas. Es decir, el hombre expuesto en
la imagen realmente sufrió una crucifixión y una tortura muy similar,
por no decir idéntica, a la que la tradición cristiana presenta en
Jesús. Pero no sólo eso, es que muestra rasgos que nunca han aparecido
en esa tradición, pero que científicamente son imposibles de haber sido
falsificados en el siglo XIV. Pero, podría haber sido un impostor el que
sufrió un martirio en el siglo XIV.
El que la imagen no se haya producido por contacto, dio a pensar a
los científicos en la posibildad de la radiación emanada del cuerpo.
Pero una radiación de estas características no es posible. Al oír esta
conclusión, muchos creyentes han pensado en el proceso de la
resurrección, aunque este hecho es indemostrable desde el punto de vista
físico.
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