jueves, 21 de marzo de 2013

Talismanes y reliquias como fuentes de poder

Fuente:

http://www.akasico.com/noticia/2379/Ano/Cero-Historia-ignorada/Talismanes-y-reliquias-como-fuentes-de-poder.html

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Objetos de Poder

Última actualización 17/03/2011@12:41:05 GMT+1

Son muchos los objetos a los que, desde tiempos pretéritos, se atribuye un poder indescriptible, sobrenatural; piezas buscadas con ahínco por diversos pueblos a lo largo de la historia, por cazatesoros y aventureros. Desde el Arca de la Alianza al Grial, la Lanza del Destino u otros menos conocidos como el bastón de mando o la piedra Chintamani, los objetos de poder constituyen un aspecto fascinante de una historia impregnada de misterio.
Las tradiciones de todo el mundo se encargan de advertirnos que ciertos objetos mágicos pueden cambiar la historia del mundo. 

No hay una definición oficial sobre lo que se debería entender como un objeto de poder pero, desde mi punto de vista, serían aquellos elementos físicos que están revestidos de veneración y sacralidad, bien por haber pertenecido a una persona excepcional o haber estado en contacto con ella –por ejemplo, las reliquias estarían en esta categoría, tanto paganas como cristianas–, o bien porque su mera posesión otorga un cierta superioridad mental o incluso tecnológica sobre el resto de los ciudadanos. 

Y como dice Richard Cavendish en su libro El rey Arturo y el Grial: “Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un poder misterioso y terrible. Es tan poderosa para el bien o el mal como una fuerte descarga eléctrica. Si es mal usada, por importantes y comprensibles que sean las razones, las consecuencias pueden ser catastróficas para personas totalmente inocentes”. Ese poder misterioso y terrible es el que hace que esos objetos de poder sean codiciados por muchos… 

Los nazis tras la pista de los objetos perdidos

José Lesta en El enigma Nazi (2009) menciona algunos objetos de poder que buscaron los miembros de Ahnenerbe o Sociedad para la Herencia Ancestral, una sección cultural de las SS creada por Himmler que poseía hasta 43 departamentos dedicados a las más diversas tareas: lingüística, simbología, danzas populares, leyendas, geografía sagrada, ciencias paranormales… y arqueología germánica. 

Sobre este último recayó la tarea de realizar excavaciones, comprar o saquear si era preciso los objetos más importantes de cada religión, dando especial prioridad a la Lanza de Longinos. O mejor dicho las lanzas, porque como toda buena reliquia que se precie, son varias las que se disputan la verdadera “paternidad”. Hay hasta cinco Santas Lanzas censadas actualmente y ninguna se conserva entera. Una ha desaparecido, otra está guardada y las tres restantes son las que se exhiben al público en tres museos: en Cracovia, en Echmiadzin y en Viena. 

¿Qué más objetos perseguía la Ahnenerbe? Las Calaveras de la Diosa de la Muerte en Centroamérica, al Martillo de Wotan, el Arca de la Alianza o el Santo Grial estaban en su lista. 

Todos ellos fueron en un momento u otro los principales objetos de poder en los que Hitler y Himmler invirtieron la mayor parte de sus recursos económicos y logísticos en aras de seguir alimentando la fascinación que sentía el régimen nazi por todo lo relacionado con el mundo esotérico. 

Todas esas reliquias, en el caso de encontrarse, tenían un destino: ubicarlas en salas especiales del castillo de Wewelsburg, en Westfalia. El Reichs-führer-SS quería que fuese un “centro de poder” oculto, similar a Stonehenge –ver ENIGMAS núm. 173–. 

Consiguieron la Lanza de Longinos –la misma que se puede ver en el Museo Hofburg de Viena–, pero otros objetos “mágicos” se les resistieron, como el Santo Grial o el Arca de la Alianza. 

Cualquier esfuerzo valía la pena con tal de conseguir algo que afianzara el poder esotérico del Tercer Reich. Como escribe Janire Rámila en el libro España y los enigmas nazis: “Sus agentes viajaron al Tibet, a España, a las arenas egipcias, a los altos riscos andinos, siempre en pos de un objeto, de un elemento, de una figura, de un icono sobre el que circularan increíbles leyendas sobrenaturales. 

Así fue como se persiguió el Arca de la Alianza, el Santo Grial, la Lanza de Longinos, Las Calaveras de Cristal o la Piedra del Destino. Hitler sabía que de ser ciertos los relatos bíblicos y de conseguir alguna de estas reliquias, ningún ejército, ninguna bomba, nada podría frenar sus ansias de conquista porque… ¿qué se podría hacer ante el poder emanado del mismísimo Dios?”. 

Y esa es una de las claves. Su origen se considera divino y por eso las leyendas que hablan de ellos suelen añadir la palabra “destino” para dar a entender que su posesión marca no sólo el devenir de su propietario sino del resto de la humanidad, al menos por un tiempo. 

Hemos hablado de la Lanza del Destino, que sería la legendaria lanza del centurión Longinos con la que atravesó el costado a Jesús en la cruz; tenemos también la Mesa del Destino que no sería otra que la Mesa-Espejo de Salomón, con la que se podían ver “los siete climas del Universo”. Se nombra como Cráneo del Destino a una de las perfectas calaveras de cristal de cuarzo de origen maya encontrada en las Honduras británicas, hoy Belice, en el año 1927, por Mitchell-Hedges. Y también se menciona a la Piedra del Destino en la que se coronaba a los reyes escoceses e ingleses. Estos cuatro objetos, sagrados por antonomasia, tienen en común la leyenda de que aquel que los obtiene también posee en sus manos el “destino” del mundo hasta que lo pierde… 

Los nazis y otros grupos lo sabían y aún así se arriesgaron en su aventura de conseguirlos para afianzar la llamada “superioridad de la raza aria” que les ayudara a crear el tan ansiado superhombre. Se envió una expedición de la Ahnenerbe en 1943 a México dirigida por Kart Maria Willigut, el “Rasputín nazi”, para localizar las calaveras de cristal y todos fueron capturados. Su misterio está enriquecido además por una leyenda maya que dice que existen únicamente 13 calaveras de esta clase, de tamaño natural, y cuando todas sean descubiertas y estén reunidas en un lugar concreto revelarán el secreto de la vida y transmitirán a los hombres todo su conocimiento. 

(Continúa la información en ENIGMAS 177). 

Jesús Callejo

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